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Polynésie, juin 2006, L, LV1: Josefina R. Aldecoa, Mujeres de negro, 1993.

Publié le 26/01/2021

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Llevo un mes viviendo aquf en Madrid y me encanta la ciudad. Es como si yo volviera a nacer. Las cosas han cambiado mucho desde que te fuiste. El ambiente es totalmente diferente del que conociste tu. Existe ahora un bienestar y se nota que las personas viven libres desde poco. Se pasan el tiempo defendiendo sus ideas y sus idéales porque después de tantos anos de dictadura rechazan todo tipo de amenazas que pudieran poner en peligro la libertad de un pueblo entero. Las tapas son una pasada, voy recordando las comidas que me hacfas tu cuando era pequena, son los sabotes de mi infancia. El modo de vivir corresponde a lo que pasé tantos anos buscando. He conocido a gente simpatica y solemos salir con la pandilla, nos llevamos muy bien entre todos. Como lo ves, soy feliz. Me encantarfa que regresaras para darte cuenta del cambio espanol: los madrilenos, los vascos, los catalanes, los andaluces, los gallegos se expresan, se defienden, existe la solidaridad. jCreo que viven y disfrutan de cada momento!

« Sujet 4 ♦ Polynésie, juin 2006, L.

LV 1 La historia de Juana Juana, hija de un republicano matado a principios de /,a Guerra Civil vive ahora en México con su madre casada con un hacendado local Acaba de ingresar en /,a Academia, una escuel,a espanol,a de /,a capital Las clases no me parecieron diffciles.

Tema unos profesores excelentes.

El trabajo era estimulante, muy bien programado y perfectamente desarrollado.

Pero lo que mas me impresion6, lo que me hiw sentirme turbada y me alter6 por dentro fue el verme sumergida de pronto en un ambiente en el que se hablaba el espafi.ol de mi infancia.

Poco a poco habfa ido asimilando la suave tonalidad s del acento mexicano; me habfa familiarizado con los giros 1 expresivos, llenos de vida, con las viejas palabras castellanas que crefa nuevas porque nosotros las habfamos arrinconado en el olvido.

Mi madre nunca perdi6 su acento, pero su voz era tan mfa que no podfa detenerme a analizar la diferencia con otras voces que me rodeaban.

Al llegar a la Academia regresé a Espafi.a, a la abuela, a mis amigos.

10 Los alumnos eran en buena parte hijos de espafi.oles exiliados.

Muchos hablaban ya con acento mexicano pero los mayores todavfa conservaban el viejo tono.

Aprendf a distinguir ecos distintos del castellano: catalan, andaluz, vasco, gallego.

Al regresar al lenguaje, regresé al pais y al deseo de conocerlo algun dia.

No sé si mi madre pens6 en esta reacci6n mfa.

No sé si la busc6 al enviarme a un centro espafi.ol para seguir mis estudios.

1s Quizas inconcientemente trataba de acercarme a la tierra abandonada.

Por entonces un profesor de lengua nos dijo un dia, después de leer un poema: «Esto es lo unico que no pudieron quitarnos, la palabr~>.

Profesores espafi.oles, amigos espafi.oles, casas espafi.olas que se abrieron para mf con generosidad.

Ciudad de México fue la oportunidad de acercarme a una patria que los exiliados evocaban una 20 y mil veces para mantenerla nitida en el recuerdo.

Una de mis compafi.eras de clase m~ queridas, Elvira, hija de un médico, me invitaba a corner muchos domingos.

Solfan hacer ese dfa comida espafi.ola que yo apenas recordaba, porque mi madre jamas intent6 introducir ningun plato nuestro en los menus de Remedios 2• La explicaci6n la buscaba la misma Remedios y la encontraba en seguida: Mas importante que las comidas eran, en aquella casa las conversaciones.

Alli se hablaba de cosas que yo andaba buscando y que me habfan faltado, sin saberlo, en los afi.os de aislamiento en la hacienda.

En un empefi.o 3 por conseguir que me adaptara mejor, mi madre habfa evitado, salvo en 1.

Giros: tournures.

2.

Remedios era la cocinera.

3.

Un empefto: un esfuerzo.. »

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