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El cuento como ejemplo - antología.

Publié le 06/12/2021

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El cuento como ejemplo - antología.
Los relatos del conde Lucanor eliminan toda digresión moral que retrase la exposición de unos acontecimientos que Don Juan Manuel presenta con una viveza y animación
desconocida por los prosistas anteriores.

Fragmento de El conde Lucanor.
De Don Juan Manuel.
Enxemplo XXIV: De lo que acontesció á un rey que quería probar á tres sus fijos.
Fablaba un dia el conde Lucanor con Patronio, su consejero, et dijole así: «Patronio, en la mi casa se creían muchos mozos, dellos de grand guisa, et dellos que lo non
son tanto, et veo en ellos muchas maneras mucho extrañas: et por el grand entendimiento que vos habedes, ruégovos que me digades cuanto vos entendedes en qué
manera pueda yo conoscer cuál mozo recudiría á ser mejor home.« «Señor conde, dijo Patronio, esto que me vos decides es muy fuerte cosa de decir, ca non se puede
saber ciertamente ninguna cosa de lo que es por venir, et esto que me vos preguntades es por venir, et por ende non se puede saber ciertamente. Non lo que desto se
puede saber es por señales que parescen en ellos, también por de dentro como por de fuera, et las que parescen de fuera son las figuras de la cara, et el donaire, et el
color, et el talle del cuerpo, et de los buenos miembros, ca por estas cosas paresce la señal de la complision de los miembros principales, que son el corazon, el
meollo, et el fígado. Et como quier que estas señales son tales que non se puede por ellas saber cosa cierta, ca pocas veces se acuerdan todas, et las unas señales
muestran lo uno, et muestran las otras lo contrario, paso á lo mas, segunt son estas señales, así recuden la sobras. Et las mas ciertas señales son las de la cara, et
señaladamente las de los ojos, et otrosí el donaire, ca muy pocas v...

« El cuento como ejemplo - antología. Los relatos del conde Lucanor eliminan toda digresión moral que retrase la exposición de unos acontecimientos que Don Juan Manuel presenta con una viveza y animacióndesconocida por los prosistas anteriores. Fragmento de El conde Lucanor. De Don Juan Manuel. Enxemplo XXIV: De lo que acontesció á un rey que quería probar á tres sus fijos . Fablaba un dia el conde Lucanor con Patronio, su consejero, et dijole así: «Patronio, en la mi casa se creían muchos mozos, dellos de grand guisa, et dellos que lo nonson tanto, et veo en ellos muchas maneras mucho extrañas: et por el grand entendimiento que vos habedes, ruégovos que me digades cuanto vos entendedes en quémanera pueda yo conoscer cuál mozo recudiría á ser mejor home.» «Señor conde, dijo Patronio, esto que me vos decides es muy fuerte cosa de decir, ca non se puedesaber ciertamente ninguna cosa de lo que es por venir, et esto que me vos preguntades es por venir, et por ende non se puede saber ciertamente.

Non lo que desto sepuede saber es por señales que parescen en ellos, también por de dentro como por de fuera, et las que parescen de fuera son las figuras de la cara, et el donaire, et elcolor, et el talle del cuerpo, et de los buenos miembros, ca por estas cosas paresce la señal de la complision de los miembros principales, que son el corazon, elmeollo, et el fígado.

Et como quier que estas señales son tales que non se puede por ellas saber cosa cierta, ca pocas veces se acuerdan todas, et las unas señalesmuestran lo uno, et muestran las otras lo contrario, paso á lo mas, segunt son estas señales, así recuden la sobras.

Et las mas ciertas señales son las de la cara, etseñaladamente las de los ojos, et otrosí el donaire, ca muy pocas veces fallacescen estas: et non tengades que el donaire se dice por ser el home fermoso en la cara nifeo, ca muchos homes son pintados et fermosos, et non han donaire; et otros parescen feos et han buen donaire para ser homes apuestos, et el talle del cuerpo et de losmiembros muestran señal de la complision; et paresce si debe home ser valiente et ligero en las tales cosas.

Mas el talle del cuerpo et el de los miembros non muestranciertamente cuáles deben ser las obras, pero con todo eso estas son las señales: et pues digo señales, digo cosa non cierta, ca la señal siempre es cosa que paresce porella lo que debe ser, mas non es cosa forzada que sea así en toda guisa, et estas son las señales de dentro, que siempre son muy dudosas para conoscer lo que vospreguntades; mas para conoscer los mozos por señales de fuera, que son ya cuanto más ciertas, placerme-y-a que supiésedes cómo probó una vez un rey moro tresfijos que habia, por saber cuál dellos sería mejor home.» El conde le rogó le dijese cómo fuera aquello. «Señor conde, dijo Patronio, un rey moro habia tres fijos, et porque el padre puede facer que reine cual fijo dellos quisiere, despues que el rey llegó á la vejez, loshomes buenos de su tierra pidiéronle por merced que les señalase cuál de aquellos fijos quería que regnase en pos dél.

El rey díjoles que dende á un mes que él gelodiría; et cuando vino á ocho ó diez días, una tarde dijo al fijo mayor que otro día grant mañana queria cabalgar, et que fuese con él, et otro dia vino el fijo infantemayor al rey pero non tan mañana como el rey su padre dijera; et desque llegó díjole el rey que se quería vestir et que le hiciese traer los paños.

El infante dijo alcamarero que le trojiese los paños, et el camarero preguntó cuáles paños quería.

El infante tornó al rey et preguntóle que cuales paños quería, et el rey dijole que elaljuba; et él tornó al camarero et dijole que el aljuba quería el rey; et el camarero le preguntó que cuál aljuba quería, et el infante tornó al rey á gelo preguntar, et asífizo por cada vestidura, que siempre iba et venia con cada pregunta, hasta que el rey tovo todos los paños, et vino el camarero, et lo vistió, et lo calzó.

Et desque fuévestido et calzado, mandó el rey al infante que ficiese traer el caballo, et el que los guardaba díjole que cúal caballo traería, et el infante tornó con esto al rey, et así lofizo por la silla, et por el freno, et por la espada, et por las espuelas, et por todo lo que habia menester para cabalgar, et por cada cosa fué preguntar al rey.

Et desquetodo esto fué guisado, dijo el rey al infante que non podia cabalgar, et que fuese el á andar por la villa, et que parase mientes á las cosas que vería, porque lo pudiesecontar al rey: et el infante cabalgó, et fueron con él todos los homes honrados del rey et del reino, et iban muchas trompetas et atabales et otros estormentos; et elinfante anduvo una pieza por la villa: et desque tornó al rey, preguntóle lo que le paresciera de lo que viera, et el infante dijo que bien le parescía, sino que le facíangrant ruido aquellos estormentos.

Et á cabo de otros dias mandó el rey al fijo mediano que viniese á él otro día de mañana, et el infante fízolo así, et el rey fízoletodas las preguntas que ficiera al infante mayor, su hermano, et él fizolo como el hermano mayor.

Et á cabo de otros dias mandó al infante menor, su hijo, que fuesecon él de grant mañana, et el infante madrugó ante que el rey despertase, et esperó fasta que despertó el rey, et luego que fué despierto entró el infante et humillosecon la reverencia que debía, et él mandó que le ficiese traer de vestir.

El infante preguntóle qué paños quería, et de una vez le preguntó por todo lo que habia de vestiret calzar, et fué por ello et trájogelo todo, et non quiso que otro camarero lo vistiese nin lo calzase sino él, dando á entender que se ternía por de buena ventura si elrey su padre tomase placer ó servicio de lo que él pudiese facer: que pues su padre era, que razon et guisado era del’facer cuantos servicios et humildanzas pudiese.Et desque el rey fué vestido et calzado, mandó al infante que le ficiese traer el caballo, et él preguntóle que cuál caballo quería, et con cuál silla, et con cuál freno, etcon cuál espada, et por todas las cosas que eran menester para cabalgar, et quien quería que cabalgarse con él, et así por todo como cumplía: et desque todo lo fizo,non preguntó por ello más de una vez, et trájolo como el rey lo habia mandado.

Et desque todo fué fecho, dijo el rey que no quería cabalgar, mas que él cabalgase etcatase lo que viese et se lo dijese, et el infante cabalgó, et fueron con él, como ficieron con los otros sus hermanos; mas él nin ninguno de sus hermanos nin home delmundo non sabian nada de la razon por qué el rey facia esto.

Et desque el infante cabalgó, mandó que le mostrasen la villa de dentro, et las calles, et donde tenía elrey sus tesoros, et cuantos podian ser, et cuantas podian ser las mezquitas, et toda la nobleza de la villa de dentro, et las gentes que y moraban; et despues salió fueraet mandó que saliesen allá todos los homes de armas, de caballo et de pié, et mandóles que trabajasen, et le mostrasen todos los juegos de armas et de trabajos, et viólos muros et las torres et las fortalezas de la villa.

Et desque lo hobo visto todo tornóse para el rey, su padre, et cuando tornó era ya muy tarde.

El rey le preguntó delas cosas que habia visto, et el infante le dijo que si á él non pesase quel le diria lo que le parescia de lo que habia visto.

El rey le mandó so pena de la su bendicionque le dijese lo que le parescia, et el infante le dijo que non era tan bueno como debia, ca si lo fuese, pues habia tan buena gente, et tan grant poder, et tan grant haber,que si por él non fincase, que todo el mundo debia ser suyo.

Al rey plogo mucho desde denuesto que el infante le daba, et cuando vino el plazo á que habia de darrespuesta á los de la tierra, díjoles que aquel fijo les daba por su rey, et esto fizo por las señales que vió en los otros et por las que en este vió: et como quier que masquisiera cualquier de los otros para rey, non hobo por aguisado de lo facer por lo que vió en los unos et en el otro. «Et vos, señor conde, si quisiéredes asaber cual mozo será mejor, parat mientes á estas tales cosas, et así entederedes algo, et por ventura lo más de lo que ha de serde los mozos.» Al conde plogo mucho deste consejo; el porque don Johan tovo que este enxemplo era bueno, fizolo escrebir en este libro, et fizo estos viesos que dicen ansí: Por obras et maneras podrás conoscer.Cuál de los mozos mejor ha de ser. Fuente: Enseñat, Juan B .

Lecturas literarias en prosa y verso .

París: Librería de la Vda.

de C.

Bouret, 1908. Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993--2008 Microsoft Corporation.

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